Comunicarnos con nuestros seres queridos o clientes a través de mensajes de texto o voz, enviar correos electrónicos, despertarnos, escuchar música, hacer vídeollamadas, pedir cita con el médico, disfrutar con algún juego online, ver series o películas o hacer y retocar fotografías son varias de las cosas que hoy en día cualquiera puede realizar desde un smartphone o tableta. Es decir, desde un mismo dispositivo podemos realizar tareas con las que antes necesitábamos varios y, por ello, no nos podemos olvidar de algo tan cotidiano como comprar. Solo hay que pensarlo, ¿algún día de nuestra vida no hemos tenido que comprar algo? Como la respuesta seguramente es afirmativa, la creciente importancia del mobile commerce y los pagos móviles se configura como una tendencia a tener en cuenta y de la que debemos conocer sus ventajas para aprovecharlas en nuestro día a día.
Pagar con el móvil es una acción cada vez más segura gracias al desarrollo de elementos de defensa (contraseñas, información encriptada mediante protocolos de seguridad HTTPS, etc.) y nuevas tecnologías ante intromisiones. Una de ellas es NFC (Near field Communications) con la que la compra se realiza acercando el móvil al terminal (sin necesidad de introducirlo en ninguna ranura como sucede normalmente con las tarjetas de crédito). Esta tecnología, que basa su seguridad en el nivel de cifrado y en la que podríamos decir que “el móvil sustituye a la tarjeta de crédito y el SIM al chip” (en palabras de Alberto López -Responsable de NFC en España de Telefónica- en una entrevista), también ha hecho posible el pago con otros elementos como una tarjeta sin necesidad de contacto o una pulsera (La Caixa). Además, se ha ido perfeccionando, mejorando sus diferentes problemas técnicos y cuenta con el aval y la confianza de grandes entidades bancarias, de crédito y grandes empresas (sobre todo de telecomunicación). Eso sí, de momento está poco implantado en smartphones al requerir hardware adicional y encarecer el dispositivo. En este sentido, Momo Pocket -que utiliza un sistema distinto pero igualmente fiable– cuenta con una pasarela de pago (en el caso de los ingresos en cuenta) totalmente segura (3D-Secure), tiene implementado certificados de seguridad SLL (Geotrust) con validación extendida (TrueBusinessID with Extented Validation) y, además, utiliza un sistema adicional de cifrado de la información (AES de 28 bits).
El pago con móvil es también sencillo, cómodo, útil y rápido. Suele desarrollarse con aplicaciones de uso sencillo, elementos de fácil acceso, permite la elección de diferentes cuentas y tarjetas bancarias y posibilita una enorme independencia y rapidez en el momento de la compra. Además, se trata de un servicio de enorme utilidad en situaciones cotidianas como, por ejemplo: no disponer del efectivo esperado en una cena, tener que buscar un cajero, llevar efectivo haciendo deporte o tener que emplear una tarjeta para cada tipo de adquisición.
Otro factor importante a tener en cuenta es la compatibilidad con todos los dispositivos y sistemas operativos Android, Apple, Blackberry o Windows Phone, algo que ayuda a mantener el comportamiento habitual de los usuarios, lo que facilita su predisposición al servicio.
Además, en muchos casos, el pago a través de móviles suele venir acompañado de descuentos y promociones para el usuario por parte de comercios y empresas. Sin duda, un valor añadido a la hora de fomentar y facilitar tanto el consumo como este servicio de compra y/o traspaso de dinero.
Y, por último, una ventaja tan evidente como significativa es el uso generalizado de los smartphones. Como comentamos antes, los dispositivos móviles forman parte de nuestra vida cotidiana y esto hace posible que la adaptación a estos nuevos servicios sea viable para la mayoría de la población, en especial las jóvenes.
En definitiva, pagar con el móvil ha pasado de ser un acto casi futurista a mejorar y facilitar hoy en día la experiencia de compra de muchos usuarios. ¿Aún no pagas con el tuyo?